Abril ha traído dramáticas, aunque no inesperadas, noticias, con la publicación del la tercera parte del sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). El reporte llama a descarbonizar inmediatamente nuestras economías, a bajar urgentemente a cero la quema de combustibles fósiles, especialmente en el norte global. Solo queda evitar peores daños que los ya inevitables.
Al tiempo en Vallvidrera tenemos una buena noticia. Tiene que ver con la mitigación (en escala local) de estos desastres varios que enfrentamos y también con el poder de las personas para lograr un cambio. Pues es nuestra responsabilidad colectiva minimizar los daños que ya hemos causado como humanidad, o más bien como ese sector de la humanidad caída en los excesos del «capitaloceno».
La novedad: la trashumancia regresa a la zona de Collserola que corresponde a Barcelona. Por fin, en una prueba piloto, un rebaño estará encargado de la tarea de prevención de incendios en el bosque, cuyo riesgo en temporadas secas es cada vez mayor. Estos animales (cabras y ovejas) «diversifican el mosaico agroforestal y contribuyen a crear discontinuidades de vegetación para prevenir incendios”, destaca Joan Vilamú del Consorci del Parc (en La Vanguardia). Harán un trabajo que antes hacían máquinas, éstas últimas consumiendo combustibles fósiles y además con limitaciones, pues no podían entrar al bosque en todas las temporadas. Hay que apuntar que esta práctica es habitual en los otros municipios que forman parte de Collserola.
Can Pujades llevaba mucho tiempo ya luchando para que se permitiera la trashumancia en Barcelona, y no aflojó la lucha a pesar de la ordenanza que (todavía) prohibe actividades ganaderas en esta zona. También otras entidades agroecológicas como Arran de Terra o Ruralitzem han estado detrás de este logro.
Todo lo instituído en nuestras sociedades es obra humana, y como tal, modificable. Es una lección que algunos hemos aprendido al ser parte de Can Pujades. Los humanos somos seres sociales a los que les resulta natural el querer mejorar activamente su entorno, pero además vivimos en sociedades democráticas que en principio lo permiten. Lo instituído tiene la fortaleza de parecer inalterable. Y tal vez es hora de que asumamos nuestra potencia como actores sociales, haciendo caso a la alarma que nos deberían suscitar las presentes emergencias medioambientales.
Concluyo estas reflexiones invitando a asistir a la Fira Agrícola de Collserola, que tendrá lugar el próximo 8 de mayo, de 10 a 15 horas, en la explanada del Centro Cívico de Vallvidrera y que organiza Can Pujades cada año por estas fechas. En ella se podrán adquirir y degustar productos variados de Collserola, conociendo y apoyando lo local. También tendremos allí el «Banc de llavors» y la posibilidad de comprar planteles de hortalizas varias. ¡Y, cómo no, delicias varias para comer y beber!
Este año, y volviendo al tema que nos concierne, tendremos un ESPAI DE PRESENTACIONS I DEBAT, organizado por Arran de Terra, en el que habrá la oportunidad de escuchar directamente lo que están haciendo múltiples organizaciones que trabajan en y por Collserola, fomentando un cambio hacia la agroecología. Es la oportunidad para conocer y también, claro está, entrar a formar parte activa en impulsar cambios necesarios. Habrá representantes de entidades que van desde los huertos de autoconsumo hasta asociaciones «paraguas» como Collserola Pagesa, pasando por productores cercanos a Can Pujades como son La Rural o La Florestina.
¡Nos vemos en la Fira Agrícola de Collserola!
Gisela Ruiseco / Can Pujades