Comenzamos una serie sobre pequeños pasos a dar por nuestro medio ambiente.

A muchos ya les es familiar la propuesta de «Basura Cero», que llama a adoptar «las erres». Antes eran tres, ahora nos podemos quedar con cinco: rechazar, reducir, reutilizar, reparar, reciclar. El propósito sería lograr que no llegue nada a los vertederos. Empecemos por el «rechazo».

A muchos nos suenan las alarmas cuando en fiestas o ferias nos ofrecen vasos desechables, y más aún si son de plástico. O las pajitas. Ahí, protestar ya no resulta demasiado extraño. Pero hay un problema mucho más tozudo: los empaques. En sitios como supermercados casi no se puede comprar nada sin empaques superfluos. Y he aquí una idea combativa: Hace ya años, en Viena, (vivía yo allí) estaban en boga acciones ciudadanas de desempacar productos al pagar en las cajas, dejando ahí mismo la basura. Un modo de protesta contra el absurdo, para obligar a estos intermediarios a reaccionar, ojalá informando a sus proveedores. Se trata de usar nuestro poder como consumidores.

Es más efectivo, claro está, no comprar en sitios que tengan los empaques en sus genes, como los supermercados (o ¡Amazon! Un tema aparte). Mas bien, podemos dirigirnos a tantas tiendas que trabajan a granel, o a cooperativas de consumo (como la de Can Pujades), que nos dan la buena opción de recibir nuestros alimentos con el menor empaque posible, o dependiendo del producto, ¡sin ninguno!

El tip del mes: Intentemos comprar nuestros alimentos en tiendas con consciencia ecológica y en mercados. Pero si vamos al super, ¡escojamos los productos que tengan el menor empaque posible!

Salud y agroecología.

Por Gisela Ruiseco

Foto: La Rural de Collserola. (Mercadillo de La Rural de Collserola) Un proveedor de Can Pujades.